De lo minúsculo nacen los hechos que nos revelan como personas. De mi cabeza, tus pájaros. De las corrientes de tus manos, mi cuerpo se llena de ti por horas y horas. Bailamos libres. Regreso por momentos. Nunca he ido demasiado lejos pero estoy más aquí que antes y no hay nada mejor que amanecer en tu cintura, ni nada más hambriento que desayunar con tu sonrisa.
Te sigo desde que vi que Carla te había dedicado una entrada. Por una parte es triste o injusto no poder conocer blogs tan interesantes o por otra curioso, ya que gracias a ella llegué a éste. Me gusta mucho lo que has escrito.
ResponderEliminarMuac :B
A mí me gusta desayunar sonrisas acompañadas de abrazos cuando hace frío, sientan muy bien :)
ResponderEliminarUn besito.