Así felicitamos el nuevo año MamaBird shop y una servidora a más de 50 personas que se habían cruzado de un modo u otro por nuestro camino.
Que ¿por qué la lavanda? Pues porqué además de oler bien y ser un relajante por excelencia, sus múltiples significados y beneficios lo tenían todo para empezar un nuevo año. Y aunque un pelín tarde, aprovecho a desearselo a todo aquel que pase por aquí a leer.
No vengo a hacer una declaración de intenciones (después de un mes) para no cumplir durante este año, ni durante el siguiente pero sí voy a dejar por escrito la cosa más importante que llevo aprendiendo ultimamente:
No voy a encontrar el orden, ni voy a ordenar mi caos (que tanto nombro por aquí). Posiblemente no voy a actualizar este blog tanto como quisiera, ni voy a tener más tiempo (tengo que admitirlo). No voy a exprimir todos mis fines de semana para hacerlos ultra productivos (alguno sí, por supuesto), ni voy a machacarme por no hacerlo (o eso espero).
Lo único que me funciona a mi es ser feliz y sentirme realizada durante la semana en el trabajo. Es algo que no puedo olvidar y es lo único que puede contradecir, en parte, al parrafo de arriba. Podrá parecer demasiado obvio pero a veces se me olvida y ando fustigandome por no tener ganas de cojer un pincel en mis ratos libres.
Este nuevo curso lo he empezado oliendo a lavanda, con ganas de seguir aprendiendo, bien limpia de todo y "purificada". Así que... aunque no actualice esto tanto como me gustaría, espero poder enseñar todo lo que estamos tramando junto a MamaBird, junto a Javier Gargallo y junto a mis pinceles (siempre).
Y si no...
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